La mayoría de las decisiones políticas conllevan impactos directos o indirectos sobre el desarrollo territorial, así como en la calidad de los espacios en los que habitamos. El « suelo común» en el que se desarrolla nuestra vida en la sociedad es la «tierra común» en la que vivimos y en la que ejercemos nuestros derechos de acuerdo, y total respeto, con la democracia.
La participación de personas y comunidades en la el diseño de su habitat es por lo tanto esencial. La Carta Europea de Urbanismo pone de relieve su importancia para hacer efectiva una verdadera democracia participativa. Nosotros, los urbanistas presentamos esta Carta de Democracia Participativa en relación con los procesos de planeamiento urbano y territorial y hacemos un llamamiento para que sea aplicada en todas las decisiones que afectan a la vida cotidiana de las personas.
•• Considerando que la participación de los individuos y las comunidades en la vida pública en todos los niveles nacional, regional y local – es parte de los valores fundamentales de la democracia y que la participación directa de los ciudadanos, conscientes de sus derechos y deberes cívicos, es la savia de cualquier sistema democrático;
•• Convencidos de que la legitimidad democrática en el ámbito local es una de las piedras angulares de la Democracia y que reforzarla es un factor clave en la consecución de la estabilidad económica y social a largo plazo;
•• Convencidos de que las ciudades y regiones constituyen el lugar natural para ejercer la democracia Participativa, como consecuencia de la amplia variedad de temas relacionados con el urbanismo que tienen un impacto directo en la calidad de vida de las poblaciones europeas;
•• Conscientes de que desde la etapa del diagnóstico problemas hasta la ejecución de soluciones, mediante proyectos concretos, planes estratégicos o urbanos , cualquier proceso de planificación debe llevarse a cabo con las personas y no sólo para las personas;
•• Considerando que los urbanistas, en cuanto asesores y mediadores en el ámbito político, así como planificadores, están comprometidos con la democracia participativa mediante una información completa y una participación en la formulación de soluciones con el fin de conseguir el apoyo y aceptación de las políticas y proyectos urbanos como se indica en la Carta de Urbanismo Europea (CEU-CEU de Barcelona 2013);
•• Convencidos de que la calidad de nuestro hábitat no puede considerarse al margen de un acceso efectivo a los servicios esenciales, a la movilidad, a otras necesidades especificas que aseguren el bienestar de todos los grupos sociales. Todos ellos son aspectos fundamentales para garantizar el respeto de los derechos humanos;
•• Considerando que la ‘convivencia en la diversidad’ constituye una prioridad y fundamental principio del Consejo de Europa, y requiere tener en cuenta las diferencias y necesidades específicas;
•• Considerando que el valor añadido de la Democracia Participativa permite una aplicación más amplia y sensible de los principios del Convenio de Aarhus sobre el derecho de toda persona o un grupo a participar en las decisiones que le afecten;
•• Considerando que la democracia debe operar en un nuevo y difícil contexto resultado de los importantes acontecimientos políticos, económicos y sociales que se han producido en Europa como consecuencia del proceso de globalización;
•• Considerando que las autoridades desde el nivel local al nacional deben asumir un liderazgo compartido en la promoción de la participación de los ciudadanos y que el éxito de cualquier proceso democrático de participación depende del compromiso efectivo de estas autoridades;
•• Considerando el reconocimiento del mayor papel desempeñado por la sociedad civil, a través de asociaciones u otros grupos, como actores clave y fuerza motriz del desarrollo y mantenimiento de una verdadera democracia participativa;
•• Convencidos de que un modelo saludable de Democracia Participativa que sostiene la democracia representativa, persigue procesos y resultados inclusivos, y hace que el diálogo con las comunidades constituya una parte integrante de la toma de decisiones;
•• Convencidos de que la rápida evolución del contexto del compromiso social requiere una mayor inclusión de los procesos de participación para que los procesos democráticos representativos tradicionales puedan mantener su credibilidad;
•• Convencidos de que la aparición de grandes cantidades datos y de sistemas de información en tiempo real debe ser administrados e interpretados desde el conocimiento empírico derivado de los procesos participativos democráticos.